10 trucos para aguantar con tacones

Algunos los habréis probado o escuchado, pero os aseguramos que después de leer este post sobre trucos para aguantar con tacones, aumentaréis vuestra capacidad para poder llevarlos durante más tiempo.

Aunque la mayoría de las veces, llevar tacones nos produce una serie de consecuencias nada deseables, lo cierto es que estilizan y elevan el espíritu, y acompañan los mejores looks de fiesta. Pocas cosas te hacen aumentar tanto tu atractivo, en cuestión de segundos, como unos buenos zapatos de tacón.

Pero que no os engañen. Unas más que otras, pero todas tenemos el mismo problema: es, cuanto menos complicado, aguantar sin rendirnos ante el dolor que supone muchas horas subidas a un zapato tacón.

Para alargar la resistencia de cada una hay variedad de estrategias y accesorios. ¡Incluso operaciones para solucionar el problema! ¿Sabías que el Loub Job (el nombre hace referencia al diseñador Christian Loubutin y sus incomodos zapatos) es una popular intervención que consiste en inyectar ácido hialurónico en la planta del pie para poder resistir uno de sus modelos de 12 centímetros?

Hoy os enseñamos algunos de ellos, para que los pongáis en práctica esta Nochevieja. Toma nota, y… ¡a bailar toda la noche sin perder una pizca de glamour!

1. ‘Sticks’ y ‘sprays’ antifricción

Ponte sticks o sprays antifricción antes de subirte en unos de esos altares en las áreas más problemáticas (como el talón y la punta). Esto hará que las rozaduras sean menores o no las haya.

Estos productos específicos crean una película protectora invisible sobre la piel que produce ‘efecto media’.

2. Trucos para aguantar con tacones by Paula Echevarría.

Hemos de admitir que éste no lo conocíamos, ¡y nos ha encantado!. Paula Echevarría desvela que “Cuando el modelo de zapato con tacón es sin sujeción (stilettos, salones…), me pego literalmente el pie al zapato con cinta adhesiva de doble cara. Así, estoy segura de que no se me meneen los pies”.

3. Crema hidratante y secador.

Extiende un poco de crema hidratante en el interior de tu zapato y aplícale calor con un secador. A continuación, ponte los zapatos y anda un poquito por casa. Si lo repites más de una vez antes de ponértelos, mejor que mejor. Con esto conseguimos que la piel se ablande, ¡y se adapten a tu pie como un guante!.

4. Al congelador

Tendrá un efecto similar al punto anterior, por lo que debes elegir uno de los dos. Coge dos bolsas de plástico pequeñas y llénalas de agua. A continuación, introdúcelas en los zapatos y guárdalos en el congelador.

El tamaño de las bolsas aumentará cuando el agua se solidifique y los zapatos cederán, a la vez que su forma se irá adaptando a la de tu pie.

Además, el efecto frío será un plus, ya que ayudará a mejorar la circulación y que tus pies no se hinchen.

5. Almohadillas y plantillas

Si conseguimos que la parte delantera esté más blandita, nos salvará la vida. Para eso, existen plantillas de silicona y almohadillas que se colocan en la parte delantera del zapato y alivian la presión que ejerce en esta zona el peso de nuestro cuerpo. Si son botines, ponte un calcetín gordo de gimnasio que sea mullido.

6. Elegir modelos de altura media

Aunque sea muy evidente, si en lugar de empeñarte en calzar unos zapatos de 13 centímetros eliges una altura inferior, el dolor decrecerá considerablemente. Los tacones anchos también son más confortables (y te darán un toque ‘retro’).

7. Número exacto

Es súper importante elegir el número adecuado al comprar cualquier tipo de calzado, pero si vas a comprar unos zapatos de tacón es aún más importante. Si te quedan un poco grandes, el pie se deslizará hacia delante, provocando presión y dolor sobre los dedos del pie (¡incluso puede aparecer una de esas ampollas tan odiadas!).

Si se trata de sandalias, lo mejor es que vayan sujetas de alguna forma para que el pie no baile y provoque rozaduras.

8. A prueba de resbalones

Ciertos tacones producen un dolor inaguantable. Si a eso le añadimos que las suelas son resbaladizas y tenemos que luchar apretando el pie para no caernos, pueden amargarnos la noche.

Para evitarlo, coloca una pegatina antideslizante que en la parte delantera de la suela. También se puede recurrir al método tradicional y utilizar un cuchillo u otro objeto punzante para hacer cortes en esta zona del zapato.

9. Pomada mágica

También existen cremas o pomadas en farmacias que contienen ibuprofeno. Están indicadas para esguinces y contusiones musculares pero, al ser antiinflamatorias y analgésicas, evitan el dolor de pies. Si te das un masaje con ellas antes de subirte al tacón, ¡aguantarás mucho mejor!

10. Último recurso.

Es una pena tener que quitarnos nuestros preciosos zapatos, que con tanto capricho hemos elegido para la ocasión. Pero antes de que se conviertan en un suplicio, lo mejor será cambiarlos.

Así que deberemos preparar un plan B: unas bailarinas en el coche o unas plegables en el bolso pueden salvarnos de tener que abandonar e irnos a casa.